Nancy Viridiana Herrejon Peña
¿Qué voz es ésta que nos persigue?
Deambulando en cada rincón de los labios
Meciéndose a cada paso, y que
Anclada al corazón… Duerme.
¿Qué voz es ésta?
Hora de cualquier hombre
Voz de cualquier lugar
Anida, incendia, amanece, arranca.
Agua mansa apenas anochece
Tibio sol que marchita en sus manos.
¿Qué voz es ésta que nos persigue?
Grito sordo en la médula espinal,
Espiral de carne y huesos agrietados,
Enraizado parpadeo azul,
Hilo de sangre en un callejón.
¿Qué voz es esta?
Qué nos persigue,
Qué no se cansa,
Qué tiene sed.
Deambulando en cada rincón de los labios
Meciéndose a cada paso, y que
Anclada al corazón… Duerme.
¿Qué voz es ésta?
Hora de cualquier hombre
Voz de cualquier lugar
Anida, incendia, amanece, arranca.
Agua mansa apenas anochece
Tibio sol que marchita en sus manos.
¿Qué voz es ésta que nos persigue?
Grito sordo en la médula espinal,
Espiral de carne y huesos agrietados,
Enraizado parpadeo azul,
Hilo de sangre en un callejón.
¿Qué voz es esta?
Qué nos persigue,
Qué no se cansa,
Qué tiene sed.
I
Mírame ahora que por las llagas respiro,
Únicamente recordando tu andar,
En mi frente es tu beso un martirio,
Rocío de mi tumba, no digas más.
Tendré de nuevo tu nombre como la hierba
Enredándose en mis manos sin dejarme descansar.
Mírame ahora que por las llagas respiro,
Únicamente recordando tu andar,
En mi frente es tu beso un martirio,
Rocío de mi tumba, no digas más.
Tendré de nuevo tu nombre como la hierba
Enredándose en mis manos sin dejarme descansar.
II
Era entonces golondrina la mañana
Tiernas manos que enjugaban flores
Remediando la silente blancura de mis muros
¿Eres tú? Acaso preguntaste
Untando tu mejilla con el viento de la tibieza de
Mi mano.
Era entonces golondrina la mañana
Tiernas manos que enjugaban flores
Remediando la silente blancura de mis muros
¿Eres tú? Acaso preguntaste
Untando tu mejilla con el viento de la tibieza de
Mi mano.
