Cantera
El paso de las colectivas feministas por la ciudad de cantera dejó como lo ha sido en años pasados, una señal de su enérgica condena contra la violencia y los feminicidios plasmada en muros, fachadas, ventanas y el mismo pavimento.
El recordatorio por el 8 de marzo (8M), Día Internacional de la Mujer, congregó a diversas agrupaciones feministas que, a comparación del año pasado, optaron por marchar separadas y con una evidente distancia entre unas y otras en cuanto a lugar y hora.
Ello no evitó que en su mayoría, sus integrantes plasmaran consignas en los muros de edificios públicos y privados, como se podrá ver en estos días.
La fachada del Congreso y de los bancos asentados en el transcurso de la Avenida Madero, entre otros edificios públicos, quedaron con el testimonio feminista en sus fachadas pintadas y los vidrios rotos de sus ventanas.
El intento de avanzar de lleno hacia Palacio de Gobierno, actualmente bajo un proceso de restauración en su fachada, se contuvo por la instalación de una valla metálica desde el viernes pasado y que molestó a las colectivas, aunado a que varias y varios participantes en las marchas intentaron a patadas derribar una de sus partes, intento que provocó la reacción policiaca con el lanzamiento de gas lacrimógeno y la detención de 28 manifestantes, mismos que fueron liberados en el transcurso de la madrugada del miércoles 9 de marzo.
El Templo de San Francisco, fue otro de los edificios que recibieron pintura lanzada por integrantes de una de las colectivas que decidió un plantón en el lugar y donde se montó una valla de presuntos integrantes del grupo Pro Vida y un sacerdote, medida similar que se vio en el Templo de Las Monjas y en la Catedral.
Horas antes de las marchas que en su mayoría partieron de la Calzada Fray Antonio de San Miguel, un comunicado a nombre de “Comerciantes y Habitantes del Centro Histórico de Morelia” llamaba a las feministas a no intervenir las fachadas. “Nos preocupa sobremanera la destrucción del centro histórico, ya que también se ven afectados los sectores de comercio y turismo, ya que también ahí laboran muchas mujeres que se son el sostén único de sus familias. Estamos convencidos que estos movimientos deben tener un enfoque de acción propositiva y no de destrucción”, señalan.
Otra iniciativa que se observó en varios comercios y domicilios particulares, fue colocar mantas con el color morado para pretender quizá simpatizar con el movimiento de las mujeres y así resguardar los inmuebles, aunque aún así en varios de ellos se causaron destrozos en ventanas y puertas.