Tomado del muro de facebook de Javier Magdaleno
Conocidas como Garitas, en la antigua Valladolid, las cuatro puertas de la ciudad fueron espacios que funcionaron como centros aduaneros en donde se contó la mercancía que entraba a la metrópoli para el cobro de impuestos que la corona requería.
Desde la época colonial la ciudad de Morelia contaba con cuatro puertas de entrada a la ciudad denominadas Garitas. El nombre y ubicación de cada una de estas eran: Al norte sobre la calzada de Santiaguito, hoy Morelos norte la garita del Molino; al oriente sobre la calzada de México, hoy calzada Madero la garita del Zapote; al poniente sobre la calzada Chicacuaro, hoy avenida Madero poniente, la garita de Chicacuaro y al sur sobre la calzada de Santa Catarina, hoy calzada Juárez, la garita de Santa Catarina.
Durante la colonia, era interés del Imperio Español cobrar impuestos en sus dominios, es decir en toda la Nueva España. El principal impuesto fue la alcabala, el cual era recaudado por el consulado de comerciantes, ingresando el porcentaje respectivo a las arcas de la Real Hacienda. En el siglo XVII el rey dispuso que en las ciudades más importantes de la Nueva España se cobraran por adelantado los impuestos a las mercancías que entraban a estas, por lo que fue necesaria la construcción de un sistema de Garitas o aduanas que permitieran dicho pago y se evitara el contrabando de mercancías sin pago de impuestos, convirtiéndose esta en la principal función de las garitas.
Las garitas tuvieron diferencias en sus construcciones y ampliaciones constantes en función de las actividades que desempeñaban, El paso por estas construcciones para los arrieros y cargadores de mercancías era obligatorio y se realizaba en un horario diurno, por lo que la construcción servía también para que los comerciantes pernoctaran en espera de que sus mercancías se tasaran.
Algunos de los elementos que las caracterizaban eran: Un pórtico con arquería en la que se realizaba el conteo y recepción de mercancía; un despacho para los funcionarios fiscales y habitaciones para el personal que laboraba en el lugar.
La alcabala fue el impuesto más importante del Antiguo Régimen de España que gravaba el comercio y era el que más ingresos producía a la Hacienda Real, pues, aunque el diezmo era aún más importante, su perceptor principal era la Iglesia, con participación del rey. La denominación se utilizaba habitualmente en plural: las alcabalas según el DRAE (edición 22, del año 2001), proviene del árabe hispánico alqábala. En ediciones anteriores entre 1956 y 19921se especificaba que en idioma árabe era el contrato, el impuesto concertado con el fiscso.