Viridiana Herrejón
Todo lo que había en mí,
De aquella tarde sólo el temblor,
El abismo de mis besos y el cielo.
Las calles murmuraban, guardaban
en su eco ennublecido tu voz.
Angosta y melancólica caricia es el
Callejón del Romance,
Alguna vez ahí perdida
Mi tiempo buscó refugio,
Aleteos de voces que no eran
Para mí conocidas
Se ensortijaban en mis manos
Que te buscaban, dolían.
Fue la lluvia entonces,
Y cuál cabellera de viento y agua
Alfombró el callejón.
Apareciste en un dintel como una sombra
Apenas pude pronunciarte,
Pero estábamos inundados,
Lejanos, inertes.
No había más,
Sólo la lluvia
Quemando el último puente entre los dos.