Juan Cabrera
Del fundador titular de la ciudad, que fue el virrey Antonio de Mendoza, dicen algunos autores tenía conocimientos de urbanismo, pues de entre sus libros encontraron con anotaciones al margen, un tratado de J. B. Alberti, sabio estudioso del Renacimiento italiano que escribió diez libros de arquitectura, a la manera de Vituvio, con aportaciones propias.
El conocimiento clásico de buscar siete calidades para elegir el sitio ideal para fundar una ciudad, viene de Platón y citaré lo que describe el cronista agustino del siglo XVIII, fray Matías de Escobar, con su estilo muy barroco, en su obra “ Americana Thebahida” , sobre las calidades del sitio de Valladolid, que fue fundada en una “loma chata” de este valle de Guayangareo, en terrenos que le disputaban al estanciero sevillano Gonzalo Gomez, que había antes trabajado en las minas de Zacatula, luego encomendero de Ixtapa (Etucuaro), y para ese entonces en 1541, era dueño de un obraje muy industrioso y un molino en el Puerto del Rincón, (hoy Club Campestre).
No había indios en el valle, solo un minúsculo grupo en el Quinceo, y matlalzincas (pirindas), en Santa María, aunque hubo un centro ceremonial de la época teotihuacana en la falda de la loma de Santa María, antes “ Yotatiro”, (de 100 A. C. a 300 d.C):
La primera calidad es que tuviera un suelo fuerte para elevar edificios libres de inundaciones; como lo tiene esa loma chata del centro, hoy histórico.
La segunda, que “tuviese desahogo de montes y sierras para que luego que asomase por los balcones del oriente el sol, las bañarse con sus rayos y los aires pudiesen sacudirla de las inmundicias de la tierra, lo cual también se cumple en Valladolid.
La tercera calidad es la variedad y abundancia en las aguas, fuentes y ríos; y de eso tiene tanto Valladolid, que está cercada de dos ríos la ciudad, por tres de sus cuatro vientos teniendo solo el oriente para acceder sin puentes: El primero llamado Río Grande nace de unas ciénegas el los altos montes de Quirio, llega al pueblo de Santiago Undameo y allí se le allegan algunos arroyuelos de Acuitzio y toma el nombre de río Undameo, con el cual camina robusto … hasta que se incorpora para alimentar aquel exhausto cuerpo de agua de la alberca de Cuincho, (Cointzio), … Ya que llega a las orillas de Valladolid, se le junta el río que llaman de Santa Catarina, río chiquito, que baja de los montes de Jesús y va aislando por el sur y poniente a la ciudad, se une ese río al Río Grande y juntos se apartan de Valladolid, llega con su curso a la villa de Charo y se le vuelven a incorporar otros dos pequeños ríos; de aquí pasa preciso hasta llegar a los llanos de Tarimbaro, a donde se le llega el arroyo de San Marcos; con estos ajenos y propio caudal de precipita en la gran Laguna de Cuitzeo.
Estos ríos son los que tributaban en grande abundancia peces a Valladolid, que ya no existen, asimismo sus aguas son con que se labraba muchas tierras con abundancia de trigo y todas las demás semillas de qué vivía siempre abastecida la ciudad; y sus vegas y campiñas gozaban de grandes arboledas, muchas huertas de flores y de hortaliza, y haber curiosidad, cómo nos refieren la de Italia, “podía ser Valladolid otra Florencia”
Después de las aguas pedía Platón una cuarta calidad, que tuviese una ciudad grande: abundancia de leña; la cual tenía Valladolid por su cercanía con la sierra.
La quinta calidad, es la de tener buen acopio de semillas y está la tenía por su cercanía a muchos valles.
La sexta calidad, es la abundancia de carne y peces, que la obtenía de sus ríos y herraderos de ganado; (Escobar menciona además, había muchas frutas de castellanas e indianas),
La séptima calidad, era el comercio, que aunque decía Basalenque (un siglo antes), que le faltaba a Valladolid comercio, ya un siglo después la ciudad controlaba el almacén y comercio que ayudaba a los reales de minas cercanas y otros productos.
Todas estas calidades tomarían en cuenta los fundadores para elegir el sitio de la fundación de la ciudad, “que había de ser muro y fortaleza de todo el Reino, pues al mismo tiempo se tenía que atender en ella lo político unido con lo militar”. (Escobar).
Valga esta foto de fines de la temporada de lluvias e inicio del frío otoño invernal, donde se podrá constatar que durante todo el invierno, la loma del centro de fundación , es la primera de todo el valle que recibe el asoleamiento matutino. Saludos
Vitruvio: Fue arquitecto de Julio César durante su juventud y al retirarse del servicio, entró en la arquitectura civil, siendo de este periodo su única obra conocida, la basílica de Fanum (Italia). Es el autor del tratado más antiguo sobre arquitectura que se conserva y el único de la Antigüedad clásica