Por Alejandro Cervantes Avilés
La generación conocida como Baby Boomers, fue un segmento poblacional que apareció a mediados del siglo XX. Hijos del estruendo provocado por las bombas de la Segunda Guerra Mundial y el advenimiento de la era atómica, se manifestaron de la misma manera en la cultura popular. Su estruendo, más que nada se proyectó en una música que apareció por esos años y que recibió el título de Rock and; Roll. Fueron muchos los llamados, pero pocos los elegidos que lograron trascender con su talento la llamada prueba del tiempo. El pasado miércoles 11 de junio, el mundo se enteró del deceso de un músico singular y genial, que gracias a su forma de procesar las sensaciones, estímulos y emociones provocados por el mundo exterior y tamizado en filtro de su talento, creo un tipo de música por el cual la posteridad le guardo un lugar en los grandes de esta expresión de la cultura popular.
Brian Douglas Wilson nació en Inglewood, California el 20 de junio de 1942, integrante de una familia con interés profesional y sentimental en la música, de tal forma que él y sus hermanos se convirtieron en expertos ejecutantes de varios instrumentos. Representados por su padre, al descubrir su inédito talento conformaron el legendario grupo The Beach Boys. Agrupación que se distinguió de sus contemporáneos locales porque crearon una mística en donde ponderaron que California, además de ser un estado geográfico, también era un estado mental. Sus primeras melodías, como la de muchos grupos de esos días, eran baladas adolescentes, intentos de flirteo y presunción de las habilidades atléticas en tablas de surf, el deporte que fue acogido en la costa pacífica californiana por miles de jóvenes y que fue importado desde la Polinesia. En resumen, piezas intrascendentes literariamente, pero ricas en propuesta musical. Más tarde con el advenimiento de la fama y el descubrimiento de padecer esquizofrenia, Wilson se volvió cada vez más introspectivo y su música experimento estructuras sónicas más complejas, que dejaron al mundo asombrado por su poder hipnótico y caleidoscópica armonía. Sin más, el insigne Paul McCartney, desde siempre reconoció la contribución de haber escuchado el epónimo álbum Pet Sound (1966) y como este influyo en el extraordinario álbum Revolver (1966) de The Beatles. A partir de este punto, la música del californiano conjunto se convirtió en una búsqueda estética ambiciosa y permanente, pero también el deterioro de la salud mental de su líder. El asunto es, que esta personalidad y su grupo musical de manera natural por su influencia sónica fuero adoptados por el cine y a continuación una breve semblanza de esta relación.
La primera convocatoria a este medio fue de parte de un film que era una especie de documental de un concierto que fue titulado como titulado como T.A.M.I Show (acrónimo para designar los ;Teenage Awards Music International o Premios Internacionales de Música para Adolescentes), en donde participaron interpretando parte de su repertorio junto a gente como: Chuck Berry, James Brown, The Rolling Stones, entre otros, este trabajo fue firmado por Steve Binder. Meses más tarde, fueron convocados a aparecer como relleno y pretexto de su fama en una bobalicona comedia de la serie “B” que era estelarizada por la famosa baladista Annette Funicello, que fue titulada Como rellenar un bikini (How to Stuff a Wild Bikini) del año de 1965. Fue en 1993, cuando después de la vorágine de la fama, su padecimiento y los cambios de tendencia musical, Wilson participo dando su testimonio acerca de un increíble instrumento llamado Theremin y el uso que el le dio en varias de sus obras incluida la célebre Good Vibrations (Buenas vibraciones) en 1966. Esto ocurrió en la obra Theremin: una odisea electrónica (Theremin: An Electronic Odyssey). La música del personaje ha sido utiliada para integrar las bandas de sonido origina en más de 500 películas y para finalizar, hay que mencionar que el personaje ha sido motivo de varios documentales biográficos, destacándose el más reciente que se encuentra en el Stream de los estudios del famoso ratón Miguelito. Dicha obra se titula The Beach Boys, el documental (The Beach Boys), presentado el año de 2024 y en donde con autorización del músico se exploró su vida y obra de manera exhaustiva. Para finalizar, recordar las estrofas de la célebre pieza titulada Solo Dios lo sabe (Only God Knows), que sirven de colofón y de recuerdo del gran Brian Wilson y que dice:
“Si algún día me dejaras
If you should ever leave me
Aunque la vida seguiría, créeme
Though life would still go on, believe me
El mundo no tendría nada que mostrarme
The world could show nothing to me
Entonces, ¿qué bien me haría vivir?
So what good would living do meSolo Dios sabe qué sería de mí sin ti
God only knows what I'd be without you”
Aejandro Cervantes Avilés. Moreliano, cinefilo consciente de tiempo completo. A calaborado en espacios escritos y electrónicos locales y regionales, divulgando la historia y circunstancia del séptimo arte.
