Por Ixchel Monroy Dotor
Todo está listo para iniciar con el espectáculo “De risa en Risa”. El ciclorama luce un hermoso telón rojo y el escenario una pista de circo dentro del teatro Melchor Ocampo. Ernesto toca la batería para que haga su entrada triunfal Aziz Gual, con su unipersonal en el que deja de manifiesto cómo la risa no siempre es de alegría, también es de burla, de empoderamiento, de sarcasmo y sátira.
El espectáculo anunciado para niñas, niños y adolescentes, es un show creado para todo público que necesita una interpretación más cercana a la posibilidad de saber diferenciar si se ríe de alegría o de qué se ríe.
Gual, clown mexicano graduado del Clown Collage del Circo Ringling Bros and Barnum & Bailey (Sarasota-Florida, Generación 1997), estudió las técnicas de circo y clown en L’ École du Cirque Espace Catastrophe, en Bélgica, y con prestigiados maestros de la alta escuela del circo ruso, como Anatoli Lokatchouk, Tatiana y Yuri Velov.
Dividido en cinco cuadros, el actor en clown trabaja ejercicios en los que se apropia del espectador al mostrar sus habilidades de equilibrismo y en donde deja de manifiesto el control que tiene de su cuerpo: desde sostener un plumero hasta una escalera de más de dos metros con la punta de su nariz, es sin duda todo un showman, pero detrás de esta ejecución hay reflexiones sobre cómo el público exige que suba de tono en cada acción, sin importar la peligrosidad de la misma y se vuelve una risa excesiva y de admiración.
Como sucede en el clown, el público es el personaje central, quien aviva la función y que por cierto en el cuadro titulado “Cubetas”, Aziz juega con cuatro caballeros que obedecerán sus instrucciones hasta formar una mesa humana. La risa es casi inmediata y como en la cescena anterior se pasa de la risa a la carcajada en el acto circense, el abusado artista utiliza la mesa para resguardarse y mostrar una vez más su talento creativo y de empoderamiento sobre los participantes.
“Océano”, es un cuadro que refresca con agua la memoria de un clown que le recuerda al público que la risa también es cruel e irónica, que se une al público sarcástico, burlón de sus aventuras.
El último acto, “Máscaras”, es una aventura donde el actor cambia por lapsos de 10 segundos de un personaje a otro: así de rápido pasa el anciano, el joven, el hombre maduro, el artista, el hombre robot, entre otros, cada uno con sus cualidades y grandes defectos. Este final inesperado despierta como un chubasco al público, quien atiende que detrás de las máscaras, las edades, las condiciones sociales, las razas, hay algo más profundo y que unifica a la humanidad.
Cuando el personaje resbala o parece que se accidentó, la risa no se contiene y hay quienes corren al baño para evitar accidentes de tanto reír y también llorar.
El maestro en clown tiene tal dominio de la biomecánica que sabe que los contrarios más que evitar opuestos, los atrae, y así entre el dolor y la angustia llegan las lágrimas por cesar de reír.
“De Risa en Risa”, se enriquece con las ricas percusiones que contribuyen para generar una atmósfera llena de predicciones hacia la posibilidad del juego y de complicidad entre el personaje y los 300 espectadores.
Así, después de andar en monociclo, jugar con pelotas, tocar el acordeón, la armónica y patinar con unos enormes zapatos de punta de duende, Aziz Gual llega al final de su espectáculo.
“De Risa en Risa” se presentó desde el 27 y hasta el 29 de septiembre con entrada gratuita, a las 17:00 horas en el teatro Melchor Ocampo ubicado en la esquina de las calles Guillermo Prieto y Melchor Ocampo, en el número 256, en el Centro Histórico.