¡La Ciudad Señorial es siempre bella!
lo es, si en Punhuato la luz brilla.
y el cielo se volca la escarcela
de la aurora y el alba entumecida.
Y a la luz del poniente mortecina,
y al sonar de los bronces de la Queda,
bajo los plieges de la noche fría
cuando Orión y el Centauro al cenit llegan.
Son menesteres estrofas de la lluvia
para cantar la urbe mayestática
y entonar al final gran sinfonía
por los dones que en gran munificencia
otorgaron los dioses a Morelia.