El pasado 12 de marzo del año en curso, ocurrió un prodigio cultural y literario. Se realizó la presentación de una edición del célebre libro infantil El principito de Antoine Saint-Exupery, con la extraordinaria característica que fue traducido a la lengua materna y originaria de nuestro estado: el purépecha. Bajo el sello de la editorial 4ta. República y en presencia de los autores de la hazaña y las autoridades que posibilitaron esta afortunada presencia literaria, se presentó un grueso volumen que contiene la traslación a nuestra lengua originaria de la icónica circunstancia de un personaje con una lúcida conciencia infantil, quien a base de breves contactos con disímbolos personajes comienza a tejer una profunda impresión del ente adulto, quien con su estructura cognitiva desarrollada y matizada por su sistema de creencias confrontan al joven y extraterrestre visitante en dilemas morales que sacuden su sentido común y penetrante lógica. De verdad amable lector, estamos ante una proeza y prodigio de la edición literaria, que conmueve, renueva y compromete, con la acción general y publica a la difusión de la experiencia de la lectura en las jóvenes generaciones millenials. Así mismo, este acontecimiento nos da pretexto para explorar la circunstancia de la adaptación de la citada obra, al lenguaje del cine y sus derivados.

Fue en el año de 1960, cuando la televisión europea hizo uso del argumento del personaje cuando la compañía Belgische Radio en Televisie (BRT), realizo una austera y discreta adaptación en blanco y negro, con la colaboración actoral de Frieda Pittoors y Julien Schoenaerts, entre los principales. A partir de ese momento la obra ha sido llevada, ya sea en acción real o animación varias veces a la pantalla grande o a la chica. De tal suerte que destacaremos un par de obras que se han alejado de sus compañeras, por sus características de una producción más elaborada.
Fue en al año de 1974 cuando el extraordinario Stanley Donen (1924-2019), realizador de portentos musicales como Cantando bajo la lluvia (Singnin in the Rain, 1952) y Cenicienta de Paris (Funny Face, 1951), con la estupenda colaboración del músico y escritor Alan Jay Lerner (1918-1986), adaptan y materializan la filmación de la historia del pequeño aristócrata sideral. Con la pequeña ayuda actores como: Richard Kiley, Joss Akland, Gene Wilder y Steven Warner, quien encarna al personaje del título; sin olvidar por supuesto al esplendido director, actor y coreógrafo Bob Fosse (1927-1987), quien interpreta al negro reptil bífido en fascinante número coreográfico y quien desencadena el desenlace de esta gentil y amable adaptación de la mencionada obra. Transcurrirían cerca de cuatro décadas para que el país de origen del escritor Antoine Saint-Exupery (1900-1941), concretara una interesante adaptación animada en donde se le da (seguramente con la venia de los encargados del legado del escritor), una continuidad narrativa y cronológica a la obra, que fue dirigida por Mark Osborne (1970) y que tuvo la colaboración en el doblaje vocal de actores como: Jeff Bridges, Marion Cotillard, Rachel McAdams, James Franco y Mackenzie Foy, entre los principales.
Es de esta forma y con estas afortunadas intervenciones literarias y cinematográficas, la humanidad puede seguir disfrutando de la noble historia del pequeño personaje, seguir asombrándonos por su inocente poesía y natural curiosidad por un mundo que se le abre como una lozana rosa (y si, con amenazantes espinas, que pinchan y hacen sangrar) y como menciona el personaje, con gran plenitud filosófica y que sirve como colofón a este recordatorio:
Morelia, Michoacán, a 15 de marzo de 2025.
Alejandro Cervantes Avilés. Moreliano, cinefilo consciente de tiempo completo. A calaborado en espacios escritos y electrónicos locales y regionales, divulgando la historia y circunstancia del séptimo arte.