Por Antonio Ruiz Caballero
Cae la noche sobre nuestras cabezas
Noche de mitos, noche de muertos
Cantos lacustres en el cementerio
Evocando seres amorfos, lejanos.
Las velas están encendidas
Amagos de un éxtasis insondable
Esperando la unión de dos mundos
El rito sagrado
No existe el luto, no existe un adiós eterno
Crisantemos para las sombras
Flores para los muertos.
No existe el llanto, no existe prisión perpetua
Las tumbas hablan en epitafios
El incienso en los altares.
Los ciegos han venido a orar
Exhuman los recuerdos que yacen en silencio
Los difuntos se han quitado los sudarios del olvido
Resucitan con las flores, están aquí, despiertos…
Las almas caminan hacia la boca de la cueva de los cinco tipos, y se iluminan
Los mundos se besan, se acarician las presencias
Comienza el ritual, cantemos hasta el alba
Al amanecer los aromas se habrán desvanecido
Las raíces volverán con los topos a la tierra
Uhcumo volverá a su sueño, flores marchitas sobre las tumbas
Misterioso desprendimiento…
Lúgubre cementerio.
Antonio Ruiz Caballero.
Historiador moreliano especializado en historia de la música. Como músico ha explorado diversos géneros populares, y ha colaborado durante más de veinte años con el grupo Echeri. La canción Crisantemos fue grabada por Leticia Servín, entre otros músicos, y forma parte del Recital “Del amor a la muerte” del grupo Echeri.