Javier Magdaleno
Localizado en la avenida Madero Poniente, con número 313, esquina con la calle Guillermo Prieto, en el Centro de Morelia, el hotel Alameda es una construcción que cuenta con 85 años de funcionamiento y que ha sido objeto de muchas criticas debido a su visión moderna, del siglo XX, en medio de edificios construidos en el periodo vallisoletano. El actual edificio se construyó durante el gobierno del militar Gildardo Magaña Cerda (1936-1939).
Este polémico edificio ocupa un solar en esquina en las inmediaciones de la Plaza de los Mártires, dicho terreno antes fue una farmacia que por un infortunio se quemó y de la cual no quedaron vestigios. Entonces se levantó en su lugar una torre de cinco pisos con una estética más atrevida y menos sobria durante la primera mitad del siglo XX, donde las casas y palacios de la capital michoacana eran de puerta y ventana o tenían un patio central y las habitaciones alrededor, para entonces el nuevo edificio no era bien visto por los ciudadanos pues no representaba a la arquitectura colonial.
La fachada se dispone en forma curva entre dos volúmenes laterales y ante una pequeña plaza de recepción que originalmente tenía un jardín. La parte central de la fachada, con planta baja y, originalmente, cinco pisos de habitaciones, articula su horizontalidad con bandas de concreto aparente entre superficies de cantería laminada.
En los volúmenes laterales se colocaron portadas neocoloniales que sirven de remate para quien camina por los portales de la plaza céntrica. Mario Pani, se refirió a estas portadas como “pecado de juventud”, puesto que aludían a una época histórica concreta, contraviniendo los principios de la modernidad.
El edificio muestra conocimiento de la obra de Le Corbusier; pues tuvo en sus inicios un techo-jardín (ahora desaparecido) y su estructura a base de un esqueleto de concreto armado libera a la fachada y a la planta, siguiendo los postulados lecorbusianos, entre los que se puede advertir el que reza “la arquitectura es el juego, sabio, correcto y magnifico de los volúmenes bajo el sol”, frase que remite a un dialogo entre ritmos y siluetas que adhieren una postura estética mientras danzan con el sol, es el caso del juego de luces y sombras de la fachada de este Hotel Alameda en el corazón de Morelia