Dedicada a la Transfiguración de Señor, la Catedral metropolitana de Morelia, como hoy la conocemos tuvo su origen un 6 de agosto de 1660, Este año por órdenes del Arzobispo Carlos Garfias Merlos y en concejo de cabildo se decidió retirar al Manifestador del ciprés del Altar Mayor y colocar al Señor de la Sacristía, también una joya eclesiástica que permanece desde el 28 de junio en ese lugar dejando un gran vacío en su capilla, que fue al costado izquierdo de la cruz latina.
El último registro del Manifestador colocado en el Altar Mayor, se observa en las redes sociales de la Catedral de Morelia, durante la transmisión de la misa del 26 de mayo, como puede observarse https://www.facebook.com/share/v/JxF2xPXajSeTpxxh/ despues un día despues fue colocado el Señor de la Misericordia y en los siguientes días la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, venerada en junio, porque es el patrona de la ciudad. Para conmemorar el triduo del Señor de la Sacristía, su escultura de caña de maíz se colocó desde el 28 de julio en el ciprés donde actualmente permanece.
Se sabe trás indagaciones y visitas con los sacerdotes presbíteros, diáconos y religiosas que el Manifestador se tuvo que retirar del ciprés para dar lugar al Señor de la Sacristía, que empezaba a deteriorarse por el tiempo y espacio en el que se ubicó por tantos años, de acuerdo con información proporcionada, hechos que conoce el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Se está buscando el mejor lugar para adecuarlo y colocar al Manifestador cerca de la Sala Capitular o cerca de donde está expuesto el Santisimo, pero todo este movimiento requiere de estudios muy cuidadosos y meticulosos tanto para el resguardo y protección de la pieza, como para que la feligresía pueda advertir la belleza de las más de 50 piezas que componen al Manifestador. Los datos más certeros los dará a conocer el Arzobispo Carlos Garfias Merlos en rueda de prensa, una vez se concreten los detalles de los cambios.
Por cuatro veces se ha retirado el Manifestador del Altar Principal de la Catedral
El Manifestador es una pieza de plata y oro de principios siglo XVIII que se colocó el el ciprés del altar mayor de Catedral a mediados del mismo siglo y que fue retirada muy pocas ocasiones de su nicho: en la épica de la insurgencia para evitar su hurto y fue resguardada según apuntes del historiador Ramón Sánchez Reyna “Se guardó quizá cuando venían los insurgentes a tomar la ciudad de Valladolid en la casa de Manuel de la Barcena, que era el director del Seminario Tridentino, en su casa del portal Allende esquina con Zaragoza y es en el año de 1955 cuando se restaura y se coloca nuevamente en el Altar mayor”, dice una nota de Cambio de Michoacán. Trás 25 años, un 26 de abril de 1980 el Manifestador nuevamente es retirado del altar, cuando con sorpresa los feligreses dan cuenta del robo de la pieza, que fue recuperada el 1 de mayo y reconstruida con apoyo de la doctora en historia del arte Esperanza Ramirez Romero. A finales de la década de los 90, fue el arzobispo Alberto Suárez Inda, quien ordenó bajarlo de su lugar para limpiarlo y después devolverlo. Desde hacía 34 años permaneció en el altar principal como un ícono de fe e historia de la iglesia , hasta fechas recientes en que por cuarta ovación es bajado.
Descripción del Manifestador
En el inventario de 1787 se describe así: “Un torreón de plata (de más de tres metros de altura) en el que se expone el Smo, Sacramento con 12 estatuas de los apóstoles, en el primer cuerpo, sobredoradas, tres ángeles sentados en las esquinas de las vasas, de las pilastras, también sobredoradas… todo sobre un zoclo también cincelado con cuatro sobrepuestos, y en el segundo cuerpo que sirve de remate está la imagen del Salvador sobredorado y en sus cuatro ángulos los cuatro evangelistas”.
“Por medio de cincuenta relieves y treinta estatuillas de plata sobredorada, en el primer cuerpo, se presentan alusiones eucarísticas del Antiguo Testamento, en el segundo figuras de profetas, también eucarísticos alternan con los apóstoles , y el tercer cuerpo aloja en sus cuatro rizadas pilastrillas, los relieves de los cuatro evangelistas y de los cuatro doctores de la iglesia, mientras la Trinidad se hace presente, el padre en forma de Sol bajo la bovedilla del remate, el hijo como Cristo Maestro y Redentor, en medio, y la paloma del Espíritu santo bajo la bóveda media y sobre el espacio destinado a la custodia” González Galván, Manuel. Tres ensayos.
El Señor de la Sacristía
Actualmente el altar donde permaneció por muchos años el Señor de la Sacrisitía, está vació, mientras que la imagen se encuentra en el Altar Mayor de la Catedral, fieles rezan a su vitrina vacía.
Este Cristo ha permanecido en la Catedral de Morelia por más de 400 años, se ubicó en una capilla a la izquierda del altar principal. Su celebración es cada 1 de julio, está imagen, según información publicada por la Arquidiócesis de Morelia fue creada con influencia del arte precristiano de la pasta de caña, en los talleres de Don Vasco de Quiroga, en Pátzcuaro, donde se fabricaban dichas piezas. Hermana de la imagen del Señor del Hospital en Peribán pues comparten algunas similitudes en esta iconografía y su manufactura ya que ambas son de pasta de caña de maíz.
La imagen posee una corona de oro, la primera que tuvo fue donada por el Rey Español Felipe II en el siglo XVI, pero esta fue hurtada el 26 de abril de 1980, la actual corona también de oro fue donada por una familia pudiente de Morelia para continuar con la tradición en ese mismo año.
Según el libro de la maestra Sofía Velarde Cruz, “Imaginería michoacana de caña de maíz” (2023) el Señor de la Sacristía es un Cristo crucificado de tamaño natural. Sus ojos permanecen cerrados al igual que los labios, su barba se muestra partida en dos, como muchas de las esculturas de la época. La expresión de su rostro refleja gran serenidad. El cabello natural cae por debajo de sus hombros. El color de su piel y las facciones de su rostro nos hacen vincularlo con el taller escultórico de los Zerda en Pátzcuaro, por las similitudes que presenta con algunas otras imágenes que les son atribuidas a los mismos como el Cristo de Telde en España y el Santo Entierro en Morelia, Michoacán. Documentación encontrada en el Archivo de la Catedral de Morelia, por el especialista Oscar Mazín, refiere que desde la segunda mitad del siglo XVII se realizaban en la ciudad de Valladolid procesiones de rogativa con un “crucifijo milagroso” perteneciente a las Monjas de Santa Catalina de Sena; este crucifijo había sido llevado una primera vez a Catedral en 1706 y nuevamente en 1720 a causa de la escasez de lluvia de las tempranas heladas. Al año siguiente hubo peste, pero esta vez el cabildo catedral se negó a la petición del Ayuntamiento sobre una nueva visita de la imagen. En el año de 1738 se concluyó el nuevo convento de las monjas, verificándose el traslado de éstas al nuevo edificio en mayo del mismo año, -evento que puede admirarse en la actualidad en un magnífico lienzo conservado en el Museo Regional del Morelia- en él se puede apreciar la figura del milagroso cristo que había presidido las procesiones de rogativa desde 1642. La escultura fue depositada en una capilla del zevo convento, enclaustrada al igual que sus súbditas sin volver a presidir las procesiones. Un año después, el ayuntamiento pidió al cabildo que se celebraran novenario y procesión con el Cristo de las Monjas para rogar por el “socorro del agua para la esterilidad de los campos, liberación de la mortandad de animales y falta de semillas”.
Los capitulares condescendieron, pero sin ocultar a la Ciudad que se le acababa de hacer novenario para el mismo fin, a un crucifijo que se veneraba en la Catedral. Así apareció en la memoria documental del cabildo, el culto al Santo Cristo de la Sacristía. En adelante las procesiones de rogativa en la ciudad se valdrían de este otro crucifijo, al cual se había apenas erigido un altar en la catedral. El Cristo de la Sacristía es todavía hoy la imagen más venerada de la Catedral de Moreliana. La tradición popular ha considerado que esta escultura pertenece al primer obispo de Michoacán Vasco de Quiroga, quien lo mantenía en su oratorio privado, sin embargo en el testamento de Vasco de Quiroga no aparece la consignación de imagen alguna.
Otros tesoros de la catedral
Entre los tesoros que guarda la Catedral están el Manifestador de plata de estilo barroco que data del siglo XVIII; la Pila Bautismal de plata, de estilo neoclásico, también del siglo XVIII; el Órgano Monumental “Gregorio Magno”, de principios del siglo XX y que consta de 4600 flautas o voces; así como el báculo que utilizó Vasco de Quiroga, además sotana e indumentarias eclesiásticas, piezas de utilería para la consagración y la Santa Misa igualmente de gran valor y pinturas localizadas en la sacristía y la sala capitular.
Fue el Arzobispo Fray Marcos Ramírez del Prado, quien colocó la primera piedra. de la actual Catedral, construcción que estuvo a cargo del arquitecto italiano Vicenzo Barroccio hasta su muerte en el año 1692, sin embargo su obra monumental fue terminada en 1744.