Retirado la noche del 26 de mayo del 2024 el Manifestador, pieza emblemática del Altar Mayor de la Catedral, uno de los tesoros más preciados permanece fuera de la vista de los feligreses quienes por muchas centurias lo advertían en cada misa y rezo en este espacio de culto.
“Manifestador de la Catedral de Valladolid o Morelia en Michoacan, Mexico. Mide tres metros 19 centímetros de altura y tiene un peso de 484 kilos en oro y plata, mandado a hacer por Isidoro de Balbas para el cipres de la catedral en estilo barroco en el año 1774”
Con el Señor de la Sacristía y sin el Manifestador en el Altar Mayor, la Catedral cumplirá 365 años
Dedicada a la Transfiguración de Señor, la Catedral metropolitana de Morelia, como hoy la conocemos tuvo su origen un 6 de agosto de 1660, El año pasado por órdenes del arzobispo Carlos Garfias Merlos y en concejo de cabildo se decidió retirar al Manifestador del ciprés del Altar Mayor y colocar al Señor de la Sacristía, también una joya eclesiástica que permanece desde el 28 de junio de aquel año. Bajo la promesa de realizar una rueda de prensa para dar los por menores de porqué se había retirado la pieza de más de tres metros de altura broiqueleada en oro y plata, con figurillas de los apóstoles, de los doctores de la iglesia y otras riquezas, nada se ha dicho hasta el momento y el hermetismo sigue siendo el mismo. No hay o personas que den información sobre el mismo.
El último registro del Manifestador colocado en el Altar Mayor se observa en las redes sociales de la Catedral de Morelia, durante la transmisión de la misa del 26 de mayo, como puede observarse https://www.facebook.com/share/v/JxF2xPXajSeTpxxh/ un día después fue colocado el Señor de la Misericordia y en los siguientes días la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, venerada en junio, porque es la patrona de la ciudad. Para conmemorar el triduo del Señor de la Sacristía, su escultura de caña de maíz se colocó desde el 28 de julio en el ciprés donde actualmente permanece.
Se sabe trás indagaciones y visitas con los sacerdotes presbíteros, diáconos y religiosas que el Manifestador se tuvo que retirar del ciprés para dar lugar al Señor de la Sacristía, que empezaba a deteriorarse por el tiempo y espacio en el que se ubicó por tantos años, de acuerdo con información proporcionada, hechos que conoce el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Se está buscando el mejor lugar para adecuarlo y colocar al Manifestador cerca de la Sala Capitular o cerca de donde está expuesto el Santisimo, pero todo este movimiento requiere de estudios muy cuidadosos y meticulosos tanto para el resguardo y protección de la pieza, como para que la feligresía pueda advertir la belleza de las más de 50 piezas que componen al Manifestador. Los datos se dijeron en junio del año pasado, los daría a conocer más certeros los dará a conocer el arzobispo Carlos Garfias Merlos en rueda de prensa, una vez se concreten los detalles de los cambios.
Por cuatro veces se ha retirado el Manifestador del Altar Principal de la Catedral
El Manifestador es una pieza de plata y oro de principios siglo XVIII que se colocó el el ciprés del altar mayor de Catedral a mediados del mismo siglo y que fue retirada muy pocas ocasiones de su nicho: en la épica de la insurgencia para evitar su hurto y fue resguardada según apuntes del historiador Ramón Sánchez Reyna “Se guardó quizá cuando venían los insurgentes a tomar la ciudad de Valladolid en la casa de Manuel de la Barcena, que era el director del Seminario Tridentino, en su casa del portal Allende esquina con Zaragoza y es en el año de 1955 cuando se restaura y se coloca nuevamente en el Altar mayor”, dice una nota de Cambio de Michoacán. Trás 25 años, un 26 de abril de 1980 el Manifestador nuevamente es retirado del altar, cuando con sorpresa los feligreses dan cuenta del robo de la pieza, que fue recuperada el 1 de mayo y reconstruida con apoyo de la doctora en historia del arte Esperanza Ramírez Romero. A finales de la década de los 90, fue el arzobispo Alberto Suárez Inda, quien ordenó bajarlo de su lugar para limpiarlo y después devolverlo. Desde hacía 34 años permaneció en el altar principal como un ícono de fe e historia de la iglesia, hasta fechas recientes en que por cuarta ovación es bajado.
Descripción del Manifestador
En el inventario de 1787 se describe así: “Un torreón de plata (de más de tres metros de altura) en el que se expone el Smo, Sacramento con 12 estatuas de los apóstoles, en el primer cuerpo, sobredoradas, tres ángeles sentados en las esquinas de las vasas, de las pilastras, también sobredoradas… todo sobre un zoclo también cincelado con cuatro sobrepuestos, y en el segundo cuerpo que sirve de remate está la imagen del Salvador sobredorado y en sus cuatro ángulos los cuatro evangelistas”.
“Por medio de cincuenta relieves y treinta estatuillas de plata sobredorada, en el primer cuerpo, se presentan alusiones eucarísticas del Antiguo Testamento, en el segundo figuras de profetas, también eucarísticos alternan con los apóstoles , y el tercer cuerpo aloja en sus cuatro rizadas pilastrillas, los relieves de los cuatro evangelistas y de los cuatro doctores de la iglesia, mientras la Trinidad se hace presente, el padre en forma de Sol bajo la bovedilla del remate, el hijo como Cristo Maestro y Redentor, en medio, y la paloma del Espíritu santo bajo la bóveda media y sobre el espacio destinado a la custodia” González Galván, Manuel. Tres ensayos.
Otros tesoros de la catedral que permanecen ocultos y que pocos conocen o han visto
Entre los tesoros que guarda la Catedral están el Manifestador de plata de estilo barroco que data del siglo XVIII; la Pila Bautismal de plata, de estilo neoclásico, también del siglo XVIII; el Órgano Monumental “Gregorio Magno”, de principios del siglo XX y que consta de 4600 flautas o voces; así como el báculo que utilizó Vasco de Quiroga, además sotana e indumentarias eclesiásticas, piezas de utilería para la consagración y la Santa Misa igualmente de gran valor y pinturas localizadas en la sacristía y la sala capitular.
Fue el arzobispo Fray Marcos Ramírez del Prado, quien colocó la primera piedra. de la actual Catedral, construcción que estuvo a cargo del arquitecto italiano Vicenzo Barroccio hasta su muerte en el año 1692, sin embargo su obra monumental fue terminada en 1744.
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