Se trata de una revisión puntual y minuciosa selección de bocetos, fotografías y documentos del mural destruido en Nueva York que el artista mexicano diego Rivera creó en 1933, y que pocos meses después le fue comisionado recrear en el Palacio de Bellas Artes bajo el título El hombre controlador del universo (1934).
En esta exposición se reúnen más de 30 piezas, entre las que se encuentran obras de Diego Rivera realizadas a partir de su visita a Moscú en 1927, durante el décimo aniversario de la Revolución bolchevique; los primeros bocetos del mural El hombre en la encrucijada; fotografías de Tina Modotti y Lucienne Bloch, así como documentos fílmicos, sonoros y hemerográficos, los cuales, por primera vez, se reúnen en una misma exposición en las salas del museo del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Para Juan Coronel Rivera en la charla que tituló y ofreció “Cómo presentar un boceto: Diego Rivera y los Rockefeller” en el Museo del Palacio de Bellas Artes, el mejor arte, como lo es el de Diego Rivera, es aquel que retrata a la sociedad contemporánea del momento, porque para el poeta, fotógrafo, narrador, ensayista, curador, crítico de arte y etnólogo afirmó que el muralista guanajuatense (1886-1957) fue un visionario.
Luego de referirse a la destrucción de su mural en el Rockefeller Center por grupos extremistas estadounidenses y a su desalojo por parte de policías y agentes del FBI, Rivera, con el dinero que le pagaron, hizo una serie de 22 paneles transportables en los que retrató a la sociedad de Estados Unidos.
“Lo interesante de esa amarga experiencia es que Rivera creó una escena del momento exacto en que se destruyó su mural en el Rockefeller Center. La mayoría de esos paneles fueron comprados por coleccionistas privados que los guardaron en una bodega, la cual misteriosamente se incendió”.
Recordó que los Rockefeller —en ese entonces, la familia más poderosa del mundo— le hicieron la invitación a Rivera para decorar su conglomerado inmobiliario. “¿Cuál fue el motivo que lleva a la selección de los artistas para presentar bocetos y elaborar los murales del Rockefeller Center? Es una incógnita que aún no se ha develado. Los frescos iban a abarcar los alrededores del edificio y no solo algunos interiores. Este centro reúne a 7 u 8 edificios y era la construcción más grande hecha por el hombre en toda su historia”, aseguró el conferencista.
Se había pensado en contratar a Picasso, Matisse y Diego Rivera, quienes en esos años eran los tres artistas más conocidos e importantes del mundo occidental. “Los dos primeros, por supuesto, declinaron la invitación. Curiosamente, no se sabe cuál fue la lista de artistas que fueron seleccionados, pero creemos que fueron al menos 15 creadores”.
Señaló que esa construcción detonó el boom inmobiliario en Manhattan durante la depresión de 1929 en Estados Unidos. Según Coronel Rivera, lo maravilloso de Diego Rivera es que sus obras siempre van retratando la realidad.
La conferencia se llevó a cabo en el marco de la exposición Diego Rivera. Nueva vida a un mural destruido 1933/1934, abierta en el Museo del máximo recinto cultural del país, el cual este año celebra su 90 aniversario y que estará abierta al público hasta el 8 de septiembre de 2024 en las salas Siqueiros y Camarena.