La Biblioteca Pública del Planetario “Francisco J. Mújica”, alberga trabajos de la maestra Marian Antonieta Iriarte Méndez, son obras de mediano formato, trabajadas en técnica de óleo sobre tela y que cuentan con diferentes manifestaciones artísticas a través de corrientes vanguardistas nacidas a principios del siglo XX, los siguientes cuadros tiene un halo de lo fantástico y se degrada con la realidad.
En estos trabajos de Antonieta Iriarte, dama de 80 años, quien se dedica de manera más profesional a la pintura desde hace 20 años, exhibe trabajos como “Terieta”, oba de la silueta de una mujer, que se forma con los detalles de una flor y su tallo, el pistilo, las hojas; en esta pintura no se encuentran líneas rectas, todas son líneas curvas, en tonos azules, verdes y amarillo; mientras que a su alrededor el fondo es florido.
Otro trabajo es “Búho”, como su nombre lo indica esta es la efigie protagónica, pero llama la atención el color del personaje central que es azul en fondo verdoso. El trabajo detallado de Iriarte Méndez, es minucioso y lleno de sutilezas, esto se advierte en el matiz, figuras y texturas del entorno de sus pinturas.
Los cuadros que tienen un colorida brillante y pensados originalmente para las infancias -así lo manifestó Antonieta Iriarte en una entrevista- dejan de ser obras para pequeños y viven en un espíritu libre y transgresor entre los adultos. “Celebrando la alegría”, es un trabajo que se presta para el gran imaginario y para sensibilizar las fibras desde la fábula hasta las lecciones más algaidas de la humanidad, pero con una representación que invita a mirar, su obra no es repulsiva, por el contrario, es festiva.
“El Tortusaurio”, es un personaje que podría simbolizar la ajena idea de la lentitud y la paciencia en la toma de decisiones. Las afecciones de la pausa ante inventos de reacción inmediata. El titulo provoca la mirada para encontrar entre tantas figuras poliédricas al personaje enconchado y vigilante. Los colores que ocupan a este trabajo son bélicos, pero se aderezan con la suavidad del rosa pastel. Los trabajos de las cromias de Antonieta Iriarte conjugan la percepción del cuadro con una primera, segunda o tercera percepción.
“Jamaica Miusic”, pareciera ser un trabajo que solo contempla las líneas rectas, aquí la protagonista no tiene una sola línea curva contrario a “Terieta”, podría decirse que las figuras poliédricas derivan de un principio de cubismo.
Su “Dinosaurio”, es una obra muy subjetiva, el animal no es como lo pintan. Aquí se interioriza al personaje, habrá que advertir las figurillas que dentro se encuentran. “juglares mexicanos”, es óleo donde los juguetes tradicionales mexicanos remontan a la década de los años 30, cuando las infancias usaban estos objetos para entretenerse, es sin lugar a duda más que un retrato una interpretación de los objetos y divertimentos de esos tiempos, que hoy se conservan como adornos en las casas o se compran como suvenires en los poblados de la república y se consideran artesanías.
“Sinfonía”, es un cuadro dedicado a la música, precisamente son los instrumentos de aliento, de metal, las cuerdas, las percusiones que están presentes. Aquí la sobriedad de los colores es palpable. Sin embargo, el movimiento de los instrumentos se advierte, ellos danzan entre llaves de sol, de do; corchetes, la escritura de los tiempos. Los instrumentos no conviven en ninguna base, nadie los sostiene porque la música viva es temporal y transita la melodía en el tiempo.
Al inicio de la exposición se encuentran obras con otro carácter, un poco más abstractas como “S3educción de Iguanas”, “Camaleónico” o “ciudad”.